La enigmática historia de Sara incluye relatos que sugieren que ayudó a las Marías a desembarcar cuando escapaban de la persecución en Tierra Santa (Palestina), y otras leyendas medievales indican que fueron arrojadas a la deriva hasta llegar a la costa de lo que hoy es Francia. Tras su fallecimiento, las santas fueron sepultadas, lo que dio lugar a la creación de un lugar de culto a partir del siglo VI y, finalmente, a la construcción de una capilla.